A veces el trabajo indicado llega después de una ardua búsqueda, otras como en mi caso llega sin que lo planifiques a través de un mensaje de Linkedin en el estacionamiento de un colegio. Pero mejor partir por el principio sobre cómo llegué a Klever Team.
Soy Trabajadora Social de profesión y toda mi carrera la desarrollé en el tercer sector; más conocido como organizaciones no gubernamentales, sociedades civiles y organizaciones donde trabajé con personas con consumo problemático de drogas, personas en situación de discapacidad mental, infancia, entre otras.
¿Qué me hizo dar un giro tan grande? las ganas de programar por un lado y por otro fue ver siempre a mi marido, Diseñador UX/UI, trabajar en estas empresas entretenidas donde la jerarquía era horizontal, donde se podía vestir de forma casual, jugaban videojuegos en la oficina y tantas otras cosas. Así fue como comencé con los bootcamps de programación y aunque traté de hacer malabares siendo mamá de una niña pequeña mientras trabajaba, mantener el hogar tratando de ser estudiante, y todo al mismo tiempo; no tuve ni he tenido el tiempo suficiente para poder enfocarme lo necesario en la programación. Fué así como con el consejo de mi esposo conocí la agilidad y tomé mi primera certificación como Scrum Master.
Con certificación en mano conseguí mi primer trabajo como Scrum Master, pero en el año 2019, lamentablemente la situación social en Chile me dejó a mí y a tantos otros cesantes. Lo positivo fue que gracias a esa empresa pude obtener una beca para sacar una nueva certificación como Scrum Master en la Scrum Alliance. Con esta nueva oportunidad en mano comencé a postular a nuevos desafíos laborales. Entonces… llegó la pandemia.
Con ella también las cuarentenas, el miedo e incertidumbre. A pesar de esto seguí postulando. Fue así como un día Jaime, fundador de Klever, me llamó para ofrecerme una oportunidad laboral. Lamentablemente con el cierre de los colegios, muchos de los que somos papás tuvimos que convertir una parte de la casa en salas de clases y tratar de ser docentes, situación que no me dejaba mucho tiempo para trabajar y menos para ir presencialmente al trabajo cuando fuera necesario.
Como todo, la llegada del Coronavirus transformó nuestras vidas, pero con lo malo siempre viene algo bueno, y en el caso de mi familia el formato de teletrabajo o home office fué algo que mejoró nuestra calidad de vida, ya que vivo en una parcela en la comuna de Buin en el límite con Islita de Maipo, en una zona rural donde no tengo acceso al agua potable ni a fibra óptica, y asistir al trabajo de manera presencial nos quitaba a mi marido y a mi alrededor de 4 horas de vida familiar diaria.
Es así como a finales del 2020, mientras estacionaba el auto para buscar a mi hija en el colegio, quien por fin retomaba sus clases presenciales, me llegó un mensaje de Klever a través de Linkedin donde me ofrecían postular a un puesto en el área de agilidad de una empresa. Según recordaba, en Klever me habían realizado una de las entrevistas en donde me había sentido más cómoda y me había dejado un muy buen recuerdo, así que me tomé el tiempo para decirles que aunque me encantaría aceptar, lamentablemente mi hija aún no asistía a jornada completa y con el verano ad portas no quería comprometerme si no podía cumplir, quizás de manera presencial o en algún modelo híbrido de presencialidad.

En ese momento fue cuando cambiaron las cosas para mí ya que me ofrecieron la posibilidad de postular a un puesto en Klever Team de manera remota y con flexibilidad horaria. En un par de semanas pasé de ser mamá a tiempo completo a ser People and Culture Specialist en Klever Team. ¿Qué puedo decir? que llevo dos meses y es el lugar en el que me he sentido más cómoda trabajando, habló con el equipo constantemente, me siento apoyada y súper feliz de donde estoy, trato de aprender constantemente para dar lo mejor de mí no sólo porque es lo que se debe hacer, sino porque cuando estás en el lugar correcto te nace.
